PUEDE QUE LA PACHAMAMA NO SEA SOLO LO QUE PIENSAS(Y qué hacer este 1ro de Agosto)
En los Andes, cuando un Paqo esta por realizar una ofrenda comienza a invocar a la tierra de los lugares por los que ha pasado a lo largo de su vida. Aquella chakra donde recogía papas de joven; aquella quebrada o wayk’u que atraviesa para llegar al santuario donde celebra su devoción por el cerro protector de la región; aquella pampa donde cuida a sus alpacas. Todas ellas son tierras vivas con las que conversa, a las que da cariño y de las que recibe protección y nutrición.
El Paqo y las personas de las comunidades entienden que cuando tú pisas un lugar dejas una huella física, y a su vez el lugar deja una huella energética dentro tuyo.
Porque has respirado de su aire, has bebido de su agua, has recibido de sus frutos, has hablado con su gente, que son sus hijos.
Que cada tierra que has visitado en algún momento, vive dentro tuyo.
Cuando se hacen las invocaciones de las ofrendas y ceremonias, podrás escuchar los nombres de decenas de montañas y recodos del Ande que al ser convocados van inundando con su presencia el espacio de esa mesa sagrada. En la memoria del Paqo cada tierra tiene un nombre, una personalidad, una fuerza. A cada tierra de cada lugar se le reconoce y se le honra.
Este mes de Agosto inicia un ciclo de festejos para la Pachamama que inundarán de alegría, color, amor, respeto y agradecimiento a cientos de miles de comunidades y ciudades andinas, y que también pintarán tu muro de Facebook con publicaciones y fotografías de estas celebraciones llevadas a nuestro contexto occidental. Pero en medio de esto, quizás algunos de nosotros desconozcamos u olvidemos lo que para un andino es evidente en relación a la Pachamama.
Para quienes nos encontramos dentro de los movimientos del despertar espiritual es claro que este planeta es un organismo consciente, que como nuestra madre nos aloja y ayuda a evolucionar y por ello en estos días celebraremos el respeto y cuidado de la Tierra.
No obstante, para algunos grupos esta idea de la consciencia del planeta corre el riesgo de convertirse en algo un tanto abstracto, enfocando la energía en la conexión, los rituales o las meditaciones solo o principalmente con el aspecto sutil, mental o conceptual de la “Pachamama”.
Desde nuestras sociedades siempre hemos creado estas imágenes o conceptos sagrados que hacemos crecer con el tiempo, a través de nuestra devoción intelectual o religiosa. Por ejemplo, dentro del catolicismo y otras prácticas sincréticas la virgen Maria es una hermosa imagen que reúne el simbolo de la sacralidad femenina. Nuestra experiencia del contacto con esa sacralidad puede darse través del rezo, la procesión o peregrinación, recibiendo de ella su cariño, protección y cuidado maternal, que en cierta forma es sutil como el perfume de una rosa.
Los Andinos asimismo venerarán al espíritu de Pachamama, pero lo harán no sólo reconociéndola como su madre simbólica o espiritual, sino también como su madre física. A ese espíritu que es el planeta, tendrán la capacidad de honrarlo en cada una de las manifestaciones concretas que esa tierra mayor encuentra en sus vidas particulares y las de sus comunidades.
En algunos sitios escogerán los mejores maíces de su propia chakra, ofrecerán el aqha ñawin, lo mejor de la chicha que ellos han fermentado, vestirán a sus casas de amarillo con las retamas recogidas en el cerro. Todo lo entregarán a esa tierra por la que ellos y sus hijos caminan todos los días. Y lo harán a través de estos variados rituales porque para ellos la Pachamama nunca es una idea abstracta.
Como esencia femenina sagrada, la Pachamama es quien gesta, quien da forma de todo aquello con lo que interactúas desde tu cuerpo y tu ser en este plano. Es la madre tierra que pisas ahora, pero tambien es el ciclo cósmico manifiesto en los elementos físicos que nos regalan la vida.
Para sembrar y cosechar hay que conocer al suelo, al agua, al viento, a las estrellas, a las montañas, a las semillas, todo eso es Pachamama.
Para vivir, hay que conocer a Pachamama.
Por eso, cuando agradezcas a la Pachamama este Agosto, no lo hagas hablándole a una madre demasiado gigante para tí, ni a un ser disociado de tu realidad. Mas bien haz como el andino y busca las formas físicas en las que esa madre se te revela y:
-Prepara una ofrenda que entregue lo mejor de tí energética y físicamente. Busca los mejores granos, frutos dulces y flores que crezcan o sean elaborados en tu región y sírvelos en un “plato” haciendo un hueco en la tierra;
-Si hay elementos naturales que tengan un significado cultural para la zona en la que vives, y estén alineados con el propósito de tu ofrenda, inclúyelos;
-En tus ofrendas y bendiciones, llama a la energía de la tierra donde estas viviendo, agradécele y pídele su protección, usa el nombre de tu calle, de tu barrio, esa es la pachamama protectora de tu hogar;
-Recuerda que lo que estas ofreciendo es tu alegría y agradecimiento a la vida que recibes de la tierra y en particular de este lugar en el que vives; puedes pedirle su fuerza, su fecundidad, su calor y protección, su nutrición;
-En los elementos pon tu calor, tu soplido, tu tacto, tu voz o tu canto;
-La Pachamama es la madre de la forma, entonces dale forma a tu ofrenda. Quizás a través del color de los elementos, o el orden en que los pones, o la geometría que toman al concluir el trabajo;
-Siente la energía de tu casa y la de tu familia y bendice cada uno de sus rincones con vino, aroma y color;
-Invita a participar a tu familia y vecinos de las ofrendas y celebraciones, este es un trabajo en comunidad;
-Ten en tu corazón lo que me decía un maestro y amigo: “lo que ofreces a la pachamama es como el presente que un niño trae a su madre, para ella siempre será perfecto y lo recibirá con el mayor de los amores”.
Feliz mes de la Pachamama y bendiciones para tí y tu familia,
Francisco Victoria
